Ser responsables por nosotros mismos
Una de las situaciones que debemos estar preparados en nuestras experiencias de vida, es la de ser capaz de cuidarnos física, emocional, mental, económica, moral y espiritualmente. Dentro del ámbito físico saber cuidar de nuestra higiene no sólo del cuerpo físico, así como de la casa, del coche o de la oficina. Tener un conocimiento básico de preparar una comida: conocer por lo menos dos maneras diferentes de preparar huevos, de hacer una ensalada, preparar un café o un té, saber hacer una sopa instantánea o un plato de fideos con manteca-. Hacer la cama y llevar la ropa a un lavadero por lo menos una vez por semana.
Buscar estar con buen ánimo todos los días, provocando en algún momento del día una risa o de preferencia una carcajada; hablar con amigos de cosas divertidas, ver comedias.
Dentro de lo económico es propicio rever la manera de cómo venía gastando, reprogramar el uso del dinero, buscando formas creativas y que traen una sensación de satisfacción, de ser eficiente en el sentido de ordenar mejor los gastos y sentirse más feliz.
Un punto importante en estos momentos es reciclar las experiencias bajo conceptos éticos, utilizando la moral dentro de las nuevas elecciones y “nunca más… nunca…” dejar de incluir estos preceptos en todos los ámbitos. Algunas veces usar criterio de moral hasta cuando quieran comprar algo que no necesitan, sin embargo tienen el dinero, desean comprar, más no deja de ser un capricho del momento.
Estamos en un periodo especial de cuidarnos, de aprender a cuidar de uno mismo para, en seguida, cuidar de los demás.
